“Al principio Dios creó el cielo y la
tierra” Gen. 1-1
Desde siempre solo existía el que ES, y
era TODO, pues solo de ÉL ha podido salir todo lo que existe a nuestro
alrededor, nuestro universo y cuantos universos hubiere.
Evolución física
Hace 13.700 millones de años se produjo una
violenta explosión, fue un instante, porque no existía el tiempo, pero motivó
que la energía que liberó se transformase en materia, y a partir de entonces surgió
el tiempo.
Esta materia se expandió y se formaron las
galaxias con sus correspondientes estrellas y planetas.
Dentro del universo observable, se
calcula que hay aproximadamente 170.000 millones de galaxias y que en nuestra
galaxia que es la Vía Láctea tenemos más de 100.000 millones de estrellas de
las cuales una de ellas es nuestro sol que nos alumbra.
Todo se realizó con total precisión,
sobre lo que teólogo Leonardo Boff dice:
“Si
la fuerza gravitacional, la que hace expandir y al mismo tiempo sujeta las
energías hubiese sido durante millonésimas de segundo más fuerte de lo que fue,
habría retraído todo hacia si causando explosiones sobre explosiones y el universo habría sido imposible.”
“Si
hubiese sido, durante millonésimas de
segundo un poco más débil, los gases se habrían expandido de tal forma que no
se habría producido su condensación y no habrían surgido las estrellas por lo
que no existiría ni el Sol, ni la Tierra ni nuestra existencia humana.”
Evolución fisiológica
En la Vía Láctea, y dentro de ella en
una de las estrellas llamada Sol y en un planeta que gira alrededor de dicha
estrella, llamado Tierra se produjo una situación tal que de la materia
inanimada salió vida, fue durante un periodo de tiempo que se desconoce su
duración, pero que una vez que se acabó, ya no se han producido las circunstancias
para el desarrollo de la vida nunca más.
La vida en un principio fue unicelular,
se desarrollo principalmente en las zonas húmedas, pero con el tiempo se fueron
formando formas de vida pluricelulares, y cada
vez más complejas.
Esta primera forma de vida se asentó en
el suelo, y tomaba su alimento de la tierra, e iba modificando la atmosfera
transformando el anhídrido carbónico en oxigeno. Son las plantas, pero esta
forma de vida ¿era consciente de todas las implicaciones que suponían el cambio
a formas más complejas? o ¿se lanzó en una evolución a lo desconocido sin saber
sus consecuencias?
Cuando las plantas se extendieron por el
planeta, este se transformó, el oxigeno era abundante, y esto propició que
saliera otra forma de vida que tenía movimiento, esto solo se pudo dar porque
esta nueva forma de vida, al no estar fija en el suelo, se alimentaba de
materia orgánica y empleaba como combustible para su desarrollo el oxigeno. Son
los animales, pero ¿estos seres vivos
conocían el cambio que iniciaron con su evolución o fue producto del
azar?
Los animales fueron transformándose, se
adaptaron al agua, y salieron los peces, empezaron a volar y tuvimos las aves y
dentro de una especie, los homínidos, se desarrolló una especie que caminaba
con dos pies, y así podían aprovechar las manos para poder coger o manipular
objetos y alcanzaron una forma fisiológica “perfecta” y en una rama de dicha
especie se desarrollo la materia cognoscitiva. Es el ser humano. ¿Esta
transformación, fue consciente? o ¿fue un proceso?
Para coordinar todas sus facultades
desarrollaron el cerebro, como centro neurálgico que controlaba todos los
actos, en el ser humano este cerebro alcanza tal magnitud y complejidad que se
calcula que tiene más neuronas que estrellas hay en la vía láctea, y estas
tiene más interconexiones entre sí, que
galaxias hay en el universo.
Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra
imagen y semejanza” Gen 1-26
Evolución mental
El ser humano desde el principio se hizo
las preguntas de que, porque y para que estaba aquí, y desde los albores de su
existencia fue buscando soluciones técnicas para poder hacer frente a las
situaciones a las que tenía que enfrentarse y respuestas filosóficas tratando
de dar sentido a su existencia.
Se sabe que por lo menos desde el
neandertal, ya realizaban enterramientos rituales, lo que da a entender que ya
tenían una cierta visión de transcendencia.
“En la sima de
huesos de Atapuerca se han encontrado
una acumulación de cadáveres del Homo Heidelbergensis (780/600.000 años)
con evidencias de ser un enterramiento ritual.”
Empezaron adorar a los espíritus, a los
que les atribuían la responsabilidad de todos los fenómenos que no entendían,
después se hicieron dioses a los que trataban de a través de sacrificios u
ofrendas tenerlos contentos y así dar respuesta a todas sus dudas, y finalmente
se reconoció que solo podía haber un solo dios, y que a través de profetas se
les fue comunicando.
Al mismo tiempo desarrollaron técnicas
con las que tratar de hacer su vida más agradable y profundizaron en la ciencia con lo que
trataban de dar explicaciones a todos los fenómenos con los que se enfrentaban. Su nivel de
conocimiento es una evolución progresiva y continua.
El ser humano cómo ser cognoscitivo es
capaz de:
-Sentir
placer en sus relaciones sexuales.
-Recrearse
ante un cuadro o cualquier manifestación artística.
-Deleitarse
leyendo un libro.
-Vibrar
interiormente ante el sonido de una pieza musical
-Sentir
paz y sosiego por un paseo en el campo.
-……
Pero al mismo tiempo el ser humano es
dual, tiene sentimientos opuestos: amor-odio, venganza-compasión,
egoísmo-solidaridad….
Todo esto da las bases para el sentido
de la vida humana: tratar de superar la parte de cada persona que trate de
explotar o dominar al otro, para conseguir una situación en la que el ser
humano pueda vivir en un mundo de justicia, en plena libertad y sea feliz.
Pero la vida humana, como toda vida que
se ha desarrollado en el planeta, se acaba.
¿Es
también el fin de la existencia humana?, o por el contrario la existencia
continua.
Si pensamos que
el sentido de nuestra existencia es la vida terrena, entonces cuando esta se
acaba sufrimos un gran castigo, un terrible castigo, pero si pensamos que
nuestra vida es una etapa en nuestra existencia, entonces nos encontramos con
que el fin de nuestra vida es un acto necesario e imprescindible.
Hemos visto que
toda explosión de vida que conocemos, ha sido como si se formara solamente para
llegar a la vida cognoscitiva, yo diría que nada ha sido al azar, es como si
todo estuviese preconcebido para nosotros, pero no tenemos constatación de que
pueda haber una continuación a nuestra existencia.
Ante esta
pregunta observo la naturaleza y veo el primer estamento de ella, los seres
inanimados, las rocas, y pregunto: ¿Pueden las rocas sentir que a su alrededor
hay seres animados?, es decir que viven.
Sigo
observando y veo las plantas, seres vivos que no se mueven y pregunto. ¿Pueden
las plantas constatar que a su alrededor hay otros seres vivos que tienen
movilidad?
A
continuación veo los animales, seres vivos que se mueven, pero sin sentido
cognoscitivo y pregunto: ¿Pueden los animales darse cuenta de que a su
alrededor hay seres vivos con capacidad cognoscitiva?
Ante estas observaciones pregunto: ¿Entonces porque el ser humano tiene que conocer una
continuidad de su existencia?
Todas estas preguntas, sin posibles respuestas porque estas superan los
límites espacio-temporales en los que estamos insertos, pero que marcan toda
una serie de indicios que me hacen responder que cuando la vida del ser humano
se acaba, su evolución continúan nos acercamos aquel que ES y del que
provenimos, es decir que las mismas preguntas dan sentido a nuestra existencia
y que cuando nuestra vida se acaba empezamos La evolución espiritual.
Desde ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que
seremos. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a EL, porque lo
veremos tal y como es. 1 Juan 3-2